¡Ventanales abiertos para recibir a San Isidro!
Las ganas las voy acumulando. Dos años sin ir. No pasa nada… mis fiestas de San Isidro las llevo igual que mi pueblo. Aquí en el corazón.
Pero en Alcadozo huele a fiesta bastante antes. El viernes pasado era así. Olía a fiesta. Y sabéis de lo que hablo. No es una forma de hablar, es un olor característico. No me refiero al olor mezclado de sudor, sangre de toro, ganado, alcohol, langostinos, festines varios y perfumes mil, de todos los que queremos disfrutar San Isidro en todo su apogeo, no. Me refiero al olor pausado, el que anticipa. El que tenían las calles de Alcadozo hace unos días. Ese lo hacen otras mezclas, que llenan el aire porque son parte de la fiesta igual que el toro por las calles. Lo habéis sentido como yo, lo habéis visto:
Las mujeres limpiando ventanas, puertas, encalando fachadas, los hombres liados en pequeñas obras para que las casas luzcan en todo su esplendor. Junto a las puertas un buen pertrecho de productos de limpieza y ¡hala! ¡A prepararse para las fiestas! A sacar a escobazos el invierno, que parece que quisiera aguantar el empujón del verde San Isidro. Es imposible. A la fuerza del santo, y la primavera que lo conduce en volandas hasta Alcadozo, nada se le resiste.
Ventanales abiertos para recibir ese aire fresco que traen ambos. Nos tiene que encontrar el Santo preparados para acogerle. Alegres de verle y celebrar con él su fiesta y su Alcadozo. Él celebra su pueblo, su fiesta es su primavera.
Y así, limpio ya el suelo, relucientes esos muebles, los patios pulidos, los vergeles presumidos, las ropas insultantes en su blancura, las cocinas rebosantes de salados y dulces que mejor no imaginar para no engordar solo de pensarlo; con el imprescindible olor a limpio, que se ha de mezclar con los olores de olivos, de almendros, de espliegos y romeros, de tomillos, del ganado recién traído y nervioso ante tanta expectación… así dejamos pasar los últimos días, mientras acabamos de engalanar la casa de San Isidro con otros mil olores de flores, que se muestran orgullosas por saber que son para nosotros, para los alcadoceños y para su San Isidro.
Y yo, desde este rincón madrileño, acudiré a mi web preferida para que mi vista recorra, ávida, las imágenes que Antonio vaya colgando. ¡Alcadoceños! Haced muchas fotos ¡Por Dios!, de vuestro pueblo en estas fechas, con la cámara o con la simple retina, da igual. Porque es ahora cuando más bonito está Alcadozo. Haced muchas fotos para los que, desde nuestros rincones, os acompañamos con las mismas ganas que si estuviéramos en el pueblo.
La primavera siempre es generosa con Alcadozo. Disfrutad de todo ello y cuidadlo.
¡Viva Alcadozo! ¡Viva Los Alcadoceños! y ¡Viva San Isidro!
¡Felices fiestas!
Nieves Milagros M. G.