Un hombre en la niebla (III)
Han pasado apenas unos segundos desde que parece el coche y ahora sea de él como un moderno caballero, con las “armas de la época”, piensa y sonríe nerviosa y asustada de sí misma por tener esos pensamientos tan absurdos en momentos así. “La mente se defiende de cualquier manera”, se dice.
Fuera del coche, continúa hacia adelante, alumbrando con la linterna de manera que le pueda dar la vuelta en cualquier momento para defenderse. Mientras se va acercando al lugar que ocupaba el puente siente que más que miedo le invade la curiosidad.
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