¡Ventanales abiertos para recibir a San Isidro!
Las ganas las voy acumulando. Dos años sin ir. No pasa nada… mis fiestas de San Isidro las llevo igual que mi pueblo. Aquí en el corazón.
Pero en Alcadozo huele a fiesta bastante antes. El viernes pasado era así. Olía a fiesta. Y sabéis de lo que hablo. No es una forma de hablar, es un olor característico. No me refiero al olor mezclado de sudor, sangre de toro, ganado, alcohol, langostinos, festines varios y perfumes mil, de todos los que queremos disfrutar San Isidro en todo su apogeo, no. Me refiero al olor pausado, el que anticipa. El que tenían las calles de Alcadozo hace unos días. Ese lo hacen otras mezclas, que llenan el aire porque son parte de la fiesta igual que el toro por las calles. Lo habéis sentido como yo, lo habéis visto:
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